Suave, feroz, dispuesto a fluir pero también con una cierta inclinación a la terquedad… se podría decir que Tauro es una contradicción andante. No es sorpresa que este signo esté representado por la imagen del toro, pero aunque pueda ser impulsivo en algunos momentos, Tauro está gloriosamente dotado cuando se trata de llevar las cosas hasta el final y ser un amigo extraordinario. Necesitan cristales que aporten equilibrio, calma e incluso una dosis de energía deliciosa.

El Lapislázuli es lírico en su conexión con el tercer ojo. Estar enraizado a la tierra es maravilloso, pero en lugar de pesar sobre las suelas de tus zapatos, esta piedra te invita a tomar valor y saltar un poco más alto hacia esos planos astrales. Al conectar con tu sabiduría y poder innato, puedes sacudir el espíritu y despertarlo de su profunda zona de confort.

La Malaquita une el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro en equilibrio. Cuando ambos lados de tu mente trabajan en armonía, te da una hermosa ligereza para alcanzar todos tus sueños sin el agotamiento constante de estar siempre en un tira y afloja interno.

El hermoso Peridoto es la piedra lunar para Tauro y conecta tanto con el corazón como con el plexo solar. Con este destello verde cerca de ti, se te invita a abrazar la luz y a recibir una visión más positiva. El peridoto también sabe cómo deshacer la constricción celosa del corazón, dejándote ligero y abierto para amar con salud y facilidad.

La Aguamarina es la canción del mar, una musa refrescante que calma una mente agobiada. Cuando te sientas arrastrado por el cambio de las mareas, esta piedra suavizará tus bordes y te dejará limpio y brillante hasta el núcleo.